Mariela Fiorillo es docente de taller en el ciclo Superior de la Escuela de Educación Secundaria Técnica (E.E.S.T.) N° 08 “Jorge Newbery” de La Matanza (Provincia de Buenos Aires), institución donde se recibió de Técnica Mecánico en Máquinas Herramientas.
Aquí nos cuenta su experiencia como docente en una institución técnica y recuerda sus pasos como alumna.
“Soy la única docente mujer de taller en el Ciclo Superior de mi escuela. También dicto en el Ciclo Básico pero allí hay más docentes mujeres.
Dicto materias como Máquinas Eléctricas y Automatismo; Diseño y procesamiento mecánico (Tornería); y Emprendimiento Productivo y Desarrollo Local. En el pasado dicté Soldadura pero tuve que pedir licencia en mis dos últimos embarazos por la radiación emana la soldadura por arco voltaico”.
¿Cómo fue tu experiencia como alumna en una escuela técnica?
“En realidad yo estudié en una escuela técnica porque vivía a 5 cuadras de allí y mis padres decidieron que yo estudiara en la misma institución a la que iban mis hermanos. La verdad que hoy les agradezco, porque como alumna aprendí a amar la Educación Técnica.
En su momento fue difícil el tema… ¡Éramos 5 chicas en un total de 1200 alumnos! El (llamado entonces) industrial era un mundo de hombres.
Dado que éramos pocas chicas, nos juntaban a todas –incluso de distinto año- para hacer Educación Física los sábados… y eso era bastante feo porque me tenía que levantar temprano un sábado después de toda la semana de madrugar…
Otro tema era el baño… las alumnas no teníamos baño propio (había solo para hombres) y teníamos que usar el de las profesoras que, en ese momento, quedaba en la otra punta de la escuela (¡que es grande como una manzana!). Hoy veo que en taller, en cada piso, tienen baño propio gracias a las remodelaciones que está haciendo el INET.
Para mí fue muy significativo ser la primera mujer en egresar con el título de Técnico Mecánico y romper ciertos esquemas, porque era una carrera exclusiva de hombres… las chicas iban a Aeronáutica. Me encontré con profesores que, por ejemplo, en el taller no me dejaba desarmar los tornos porque eso lo tenían que hacer mis compañeros varones. Pero esto hoy no pasa”.
¿Creés que se necesitan más mujeres en la Educación Técnica?
“En una época, el mundo de la técnica era casi exclusivo de los hombres, ahora las cosas están cambiando.
Estaba el mito de que la Educación Técnica es para varones, que una mujer tiene menos fuerza y no puede participar de actividades técnicas. Pero en la Técnica no todo es fuerza, hay razonamiento más que nada. En mi rama, mecánica, hoy se programan controles numéricos, PLC, Arduino, circuitos neumáticos, robots… tranquilamente una mujer lo puede hacer. Por ejemplo, desarmar un torno y tornear con un torno manual lo puede hacer sin ninguna diferencia con un hombre. Es más, creo que lo puede hacer con más detalle de precisión y terminación… (risas)
Por otro lado, también creo que las profesoras se están animando más a dictar materias duras. Cuando yo empecé a dar clases en el taller –Procesamiento Manual de los materiales- ingresé con tacos (risas)… ¡pero sigo aquí desde hace más de 15 años!
Hoy, si le preguntás a un padre si mandaría a su hija a una técnica, te dice que sí. Si le preguntas a una madre te dice: “¡no, es para varón!”. Ese prejuicio y esa etiqueta hay que borrarlas.
La Educación no tiene género… Yo desafío a las chicas a que prueben. El mundo de la Educación Técnica es fascinante”.
La experiencia como testimonio y como aprendizaje
Las palabras de Mariela Fiorillo son doblemente valoradas desde el Ministerio de Educación a través del INET ya que son un importante testimonio en primera persona de los cambios que atravesó y está atravesando la Educación Técnico Profesional en relación a temas de géneros.
La incorporación de la perspectiva de género es hoy una línea de trabajo prioritaria para el INET y resulta fundamental conocer distintas voces que dentro de la modalidad puedan hacer esto posible.
Historias como las de la profesora Mariela nos ayudan a pensar y derribar ciertos mitos que siguen vigentes en la educación técnica: las capacidades y el rendimiento no tienen que ver con el sexo de los alumnos/as. Éstas son caracterizaciones socialmente construidas, relacionadas con lo que tradicionalmente las sociedades distinguieron y reprodujeron en los roles de géneros. En ningún ámbito, y menos en la educación, podemos seguir pensando que hay tareas “para mujeres” y otras “para varones”.
La necesidad de sortear estos prejuicios y desigualdades resulta urgente, y desde el INET estamos trabajando para desterrar la histórica idea de que “la técnica es para varones”, que aún persiste en muchas escuelas, directores/as, y en muchas familias al momento elegir escuela secundaria. Derribando estos estereotipos de género, esperamos que más mujeres entren en las Secundaria Técnica para construir un espacio educativo más amplio, diverso e inclusivo.
Para más información: Equidad de género en la Educación Técnico Profesional
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