“En el colegio aprendemos la teoría y acá podemos ver cómo se trabaja en cada área”, dice Raúl de la EET N° 8 de La Matanza. “Hacer prácticas es una oportunidad increíble porque es una muy buena forma de obtener una experiencia más concreta”, afirma Florencia del INAC-CIATA. “Nos llevamos una experiencia laboral antes de recibirnos como técnicos”, concluye Santiago, de la EET N° 7 de Quilmes. Todos ellos estuvieron realizando prácticas profesionalizantes en Aerolíneas Argentinas.
Como parte de la formación de los futuros técnicos, los alumnos de la Educación Técnico Profesional (ETP) tienen la obligatoriedad de realizar prácticas que les permitan obtener experiencia profesional y vinculación con el campo ocupacional hacia el cual se orienta su formación –Ley de ETP Nº 26.058/05 (artículos 11, 15 y 16).
Se trata de actividades formativas que los estudiantes desarrollan en distintos ámbitos -empresas privadas y públicas, organizaciones civiles, entre otras-con el propósito de ampliar y consolidar capacidades propias del perfil profesional en el cual se están formando (definidas en la Res. CFE 229/14).
“Las prácticas profesionalizantes son parte del plan de estudios de los estudiantes”, manifestó el director del Instituto Nacional de Educación Tecnológica, Leandro Goroyesky. “Son situaciones de aprendizaje, instancias formativas, para que los chicos de instituciones técnicas puedan tener prácticas en un ámbito laboral. La empresa se convierte así en un entorno formativo más…. Los egresados de la ETP reciben un título habilitante para el ejercicio profesional y estas prácticas son necesarias para desarrollar capacidades no sólo técnicas sino propias de un ámbito laboral……al ser actividades educativas, de ninguna manera genera una relación laboral con la empresa”.
Y continuó: “Para llevarlas a cabo, el equipo directivo y docente junto con las empresas generan un proyecto de vinculación para que los estudiantes puedan desarrollar las actividades… Los estudiantes rotan en diferentes áreas de las empresas, así pueden realizar actividades en las áreas de manufactura, comercialización, proyecto y diseño, entre otras, y poder ver cómo funciona cada una”.
Representan una oportunidad para que tengan un primer acercamiento a situaciones reales del mundo del trabajo y la producción, al mismo tiempo que funcionan como un valor agregado en su currículum. “Al egresar, además de su título de Técnicos, los estudiantes reciben certificaciones o constancias que le emiten las empresas. Y, a la hora de buscar trabajo, pueden presentarlas demostrando experiencia. Esto posiciona a los estudiantes de estas instituciones en un mejor lugar para obtener empleo”, concluyó Goroyesky.
Gracias a un trabajo conjunto entre los Ministerios nacionales de Trabajo y Educación -a través del INET- y la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), se incorporó una nueva modalidad de contrato para que las PyMEs y grandes empresas de todo el país pueden inscribir en la AFIP a los estudiantes que realicen prácticas profesionalizantes a través del sistema de alta temprana. Esto beneficiaría a 80.000 alumnos del último año de las instituciones de Educación Técnico Profesional.
Esta medida viene a resolver una larga demanda por parte de las grandes, medianas y pequeñas empresas que manifestaban la necesidad de reconocer y registrar a lo/as estudiantes durante las prácticas, conforme a las normativas establecidas en la legislación laboral vigente.
Para acceder al régimen, las empresas deben suscribir un convenio con las autoridades educativas de la jurisdicción correspondiente, otorgar a los estudiantes los beneficios con los que cuenta su personal (tales como transporte, comedor y tiempos de descanso), brindar protección de seguro para resguardar su actividad, designar un tutor para cada estudiante o grupo, y extender los certificados correspondientes.